Ladislao Rodríguez Galán (Córdoba, 1947), conocido profesionalmente como Ladis, es uno de los fotógrafos cordobeses con mayor predicamento. Continuador de una tradición familiar que inaugurara su padre, su obra ha tocado todos los campos y ha sido publicada en innumerables medios, aunque ha sido en el mundo del toro donde ha alcanzado mayor fama: no en vano nació el día que murió Manolete y eso imprime carácter. El periodista Rafael González Zubieta, Zubi, compañero suyo durante años en el gabinete de Prensa de la Diputación de Córdoba, desde donde ambos ejercieron un magisterio que los más jóvenes no de jan de reconocer, hace su semblanza.
Seguramente si Ladislao Rodríguez Galán “Ladis” hubiera nacido y vivido en Madrid, estaríamos hablando de uno de los mejores periodistas gráficos de España (para mí lo es sin duda), a nivel del histórico Alfonso... pero para su desgracia y para suerte nuestra nació en Córdoba, una ciudad a la que ama tanto que jamás consintió vivir y trabajar en otro sitio. Digo por suerte porque vivir cerca de él y poder relacionarse con él es una gran suerte y una experiencia digna de ser contada. Es una de esas personas que al mal tiempo siempre pone buena cara, que cuando la suerte se le tuerce y le aprieta los machos, se pone el mundo por montera y es capaz de cambiar la luna por el sol, la lluvia por un cielo azul intenso y la oscuridad y las tinieblas por la claridad y la luz más resplandeciente. Y es que este hombre, sencillo y campechano, con un sentido del humor a prueba de bombas, es un ser humano excepcional, irrepetible y único, a los que vale la pena conocer y convivir con él, pues además de un genio de la fotografía es un sabio en el “arte de vivir”.
Claro que de casta le viene al galgo, pues su padre Ladislao Rodríguez Benítez lo adiestró perfectamente, tanto en el ámbito profesional como en el ámbito humano y cultural. Digamos que esa fue la mejor Universidad a la que Ladis hubiera podido acudir, ya que logró envenenarlo con el periodismo y con la fotografía, y a la postre fue el culpable de que su hijo abandonara los estudios de Magisterio cuando ya le quedaban unas pocas asignaturas para concluirla. Pero es que Ladis no iba para maestro... lo suyo eran las noticias y su plasmación fotográfica, pues comprendió desde el primer momento aquella máxima de que “mas vale una imagen que mil palabras”. Por eso sus imágenes del mundo y de la vida, vistas siempre desde el objetivo de su cámara, han explicado las cosas que ha visto sin necesidad de decir nada más. Luego vino el aprendizaje junto a su padre de todos los secretos del mundo del toro y de la magia de la Fiesta, que a la postre lograron su confirmación como un gran aficionado y un inmenso periodista taurino.
Aquella pasión por la fotografía comenzó a sufrirla siendo solo un escolar, cuando su padre le regaló una cámara fotográfica (que aun conserva como oro en paño) y le dijo: “...hazle fotos a todo cuanto se te ocurra y a lo que te apetezca...” y la lió... pues aquella experiencia debió de producirle una sensación interior tal... con aquella edad que tenía pues era sólo un chavalillo, que le cambió la vida para siempre. Desde entonces jamas ha salido a la calle sin su cámara de fotos en el bolsillo. De esta forma ha ido por la vida desde 1960, cuando comenzó su andadura periodística en la Hoja del Lunes de Córdoba. Medios de comunicación como ABC de Sevilla, Agencia Cifra de Madrid, Europa Press, Informaciones de Madrid, El Correo de Andalucía, Dígame, El Ruedo, El Burladero, Tendido 13 (por citar solo algunos medios) se han rendido a su inmensa profesionalidad, ya que para su trabajo nunca tiene hora ni límite, llueva o nieve, haga frío o calor... siempre está al pie del cañón con la cámara preparada para disparar. Por eso de sus manos han salido revistas taurinas, libros extraordinarios, proyectos singulares que han beneficiado y benefician a la cultura de España y de Andalucía.
Podría ocupar cientos de páginas hablando de este singular personaje cordobés, pero solo me queda decir de él que sigue siendo un hombre inquieto por el periodismo. Que de su cabeza siguen fluyendo a diario iniciativas e ideas cuya plasmación en proyectos enriquecen diariamente el periodismo, la cultura y a todos cuantos estamos siempre cerca de él, como a su pequeño Rafael, que de seguro será el Ladis III del futuro.
Vía: http://www.enresa.es/publicaciones_y_audiovisuales
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