Hace algunos meses recibí la llamada de Jorge Fernández (Departamento de comunicación de ENRESA) para participar con un portfolio en la revista Sierra Albarrana.
Rafael Carmona Roldán
Como la mayoría de los fotógrafos cordobeses –como escribió José F. Gálvez (Miembro de la Sociedad de Historia de la Fotografía Española) en la introducción del catálogo de la exposición “Materia Muerta”- Rafael está fuertemente ligado a la luz y al color del Sur, o dicho de otra manera al color de la luz de esta tierra, venero de un flujo vital que fotográficamente tras unos primeros pasos –por otra parte obligados- por el blanco y negro, le ha llevado directamente al neoexpresionismo, siguiendo a un grupo exquisito de autores como Yañez Polo, Falces, Covarsí, Barranco y Vacas, que han revitalizado la fotografía andaluza en la última década.
Como ellos, Rafael, hace una interpretación artística de la realidad, puramente emocional, en la búsqueda de la propia libertad a través de cada una de sus obras. Del mismo modo, consigue alcanzar la madurez cromática observando las huellas que ha dejado en la historia, la larga evolución de la experiencia plástica, y ese es el mejor camino para conseguir lo que muchas veces he llamado el “color personalizado”.
Empleando recursos técnicos y procedimientos como la ingerencia manual del sistema Polaroid, la inversión del color, la iluminación por acuarelas, la monocromía sometida a la acción del viraje y el tramado, la alteración del procesado de revelado, etc…, expresa su visión íntima de la realidad; él, como Walter Boje, ha quedado prendido en el color y en cada fotografía se observa el aprovechamiento de la saturación cromática dirigida, la combinación del color con las sombras y el corrimiento intencionado de las tonalidades, elementos omnipresentes en sus obras.
Pero no confundamos el valor de los medios técnicos con la utilización que de ellos podamos hacer. Cuando la imaginación da respuesta a los estímulos de las percepciones sensibles, en ese momento, la fotografía deja de ser fiel representación de la realidad y en positivo o copia se refleja la interpretación que el autor hace de esa imagen natural; de este modo, se diferencia la etapa de concepción de la idea a expresar –proceso que concluye cuando se4 acciona el botón disparador de la cámara- con el desarrollo de la imagen plástica. Es en esta segunda fase cuando el fotógrafo siente la imagen en su interior y la somete a todo tipo de tensiones físicas y anímicas, hasta que de repente, como en un arrebato, sabe cómo quiere que los demás la vean y entonces, sólo entonces, es capaz de materializar en un papel fotográfico todo este proceso vital.
Jean Cocteau dijo que la fotografía había liberado a la pintura y se refería sin duda al deber de representación de la realidad que aquella había tenido; del mismo modo, Rafael libera a la fotografía de la misma obligación y muestra en sus bodegones, sus retratos, paisajes, etc…, matices diferenciadores en el color y la forma.
Para Rafael la Fotografía es una manera de sentir y ver la vida, como un filtro a través del cual mira el mundo y lo ve, como aparece en sus fotografías.
Esta faceta artística la ha venido compaginando con su faceta profesional en el mundo de la prensa, habiendo trabajado como redactor gráfico para varios medios locales y nacionales. En la actualidad es jefe de fotografía de Diario ABC de Córdoba, donde presta sus servicios desde que se estableció en la ciudad. Y que precisamente en estas fechas se celebra su décimo aniversario.
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